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Foto del escritorOlimir Centro Psicosocial

Mi adolescente dejó de hablarme. ¿Debería preocuparme?

Así que su adolescente que solía ser conversadora de repente ha dejado de serlo. A los padres no les gusta que sus hijos no se comuniquen con ellos, especialmente cuando creen que han venido teniendo una relación cercana y que de su parte nada ha cambiado.




Lo primero que hay que hacer es respirar profundo. Entienda que alejarse de los padres es una fase normal y necesaria del desarrollo de la adolescencia. Pero por mucho que no quiera admitirlo (y probablemente no lo hará), su hija sigue necesitando que usted siga conectado e involucrado en su vida. Esto es especialmente cierto en los adolescentes que tienen dificultades de aprendizaje y de atención, quienes a menudo enfrentan estrés adicional en el bachillerato.


Los adolescentes necesitan su propio espacio, pero también necesitan a sus padres. Así que mientras su hija está pasando por el proceso de separación, usted tiene que acortar esa distancia con cuidado. Empiece por ponerse a su nivel.



¿Qué tan silenciosa se ha vuelto su hija?


Que usted tenga o no un motivo de preocupación en realidad depende de hasta qué punto ella ha dejado de hablar. Estas son algunas situaciones posibles.


Usted y su hija solían ser “los mejores amigos”. Le contaba todo y ahora, de repente, no le dice nada y le cuenta sus cosas privadas solo a sus amigos.


En este caso, tiene poco de qué preocuparse. A pesar de lo doloroso que sea, trate de no tomárselo de manera personal. Está haciendo lo que se supone que debe hacer.


Estas son varias sugerencias acerca de qué hacer (y no hacer) en esta situación:


  • No le dé un sermón ni le diga lo dolido que se siente

  • Intente tener interacciones positivas con ella

  • Involúcrela en actividades que hayan disfrutado haciendo juntos

  • Coman juntos

  • No intente sacarle información. En su lugar, ábrase y cuéntele algo divertido o interesante de su vida. Si lo hace, es más probable que ella haga lo mismo

  • Hable con ella como a un adulto y deje claro que valora sus opiniones, y que a cambio espera respeto


Su amorosa y afectuosa hija ahora le responde con monosílabos y mira hacia otro lado con actitud molesta. Pasa el menor tiempo posible con usted y parece reservar todo su entusiasmo para sus amigos.


Aunque le moleste y esté tentado a censurar este tipo de comportamiento, sepa que todavía se considera parte del desarrollo normal de los adolescentes. Enfocarse en las relaciones amistosas ayuda a los chicos a ser menos dependiente de los padres, un paso necesario para convertirse en adultos felices e independientes. Dicho esto, su labor continúa siendo insistir en mantener el respeto y proteger a su hija.


Qué hacer:


  • Establezca límites adecuados, pero también enfóquese en fortalecer su relación. No lo respetará si no se siente conectada con usted.

  • Resista el impulso de sermonearla. Si lo logra, ella no tendrá que rechazarlo para poder ser ella misma.

  • Recuerde que los adolescentes pueden ser emocionales. Esto es especialmente cierto en los chicos con TDAH. Note el estrés que acompaña a su falta de respeto. Al decir algo como: “Sé que estás molesta, pero por lo general no eres grosera”, podría iniciar una conversación.


Su hija no habla con nadie y se pasa todo el tiempo encerrada en el cuarto. Se ha alejado de los amigos, ha perdido interés en actividades que le generaban placer y cada vez está más aislada.


Este tipo de comportamiento es motivo de verdadera preocupación ya que no es parte del desarrollo normal de los adolescentes. Necesita averiguar si su hija ha pasado por algún tipo de trauma, como el acoso o la violación, o si está abusando de las drogas o el alcohol. Esta conducta de aislamiento también podría indicar el inicio de un grave problema de salud mental, como la depresión, la esquizofrenia o el trastorno bipolar, los cuales suelen manifestarse a finales de la adolescencia y a principios de la edad adulta.


Es peligroso si su hija se está alejando de todos los que conoce. Por ejemplo, pasar la mayor parte del tiempo en línea no es un substituto aceptable de hablar con la gente en la vida real. Las relaciones en la Internet pueden volverse muy intensas, muy rápidamente y es difícil saber si las personas con las que su hija se relaciona en línea son una buena influencia o incluso si son quienes dicen ser.


Qué hacer:


  • Si su hija parece hostil y enojada, déle la oportunidad de que le diga lo que usted no ha hecho bien.

  • La privacidad llega hasta cierto punto. Ninguna habitación de un adolescente debe ser inaccesible para los padres. Usted tiene derecho a saber lo que su hija hace en su habitación, especialmente si pasa muchas horas sola.

  • Insista en tener más información. No es inusual que los adolescentes contesten preguntas como “¿adónde vas?”, diciendo “fuera” y “¿cuándo vas a regresar?” con “después”. Manténgase firme y dígale que necesita que sea más específica.

  • En casos en los que su hija se niegue a comunicarse, puede ser aconsejable supervisar sus redes sociales.

  • Busque ayuda profesional de un especialista calificado. Empiece por comunicarse con el pediatra de su hija y describirle su comportamiento a detalle.


¿Sospecha que su adolescente pudiera tener ideas suicidas?


Si alguna vez sospechara que este pudiera ser el caso, es de vital importancia que trate el asunto de inmediato. Pero con tranquilidad. “Es importante que hable de lo que le preocupa de manera tranquila y no acusatoria”, afirma Nadine Kaslow, psicóloga clínica y experta en suicidio en personas jóvenes. “En ocasiones cuando los padres están muy preocupados, terminan diciendo: ‘No pienses de esa manera’ o ‘no deberías sentirte así’. Y entonces no son percibidos como amorosos ni cariñosos, sino como críticos. Los niños responden negativamente ante eso”.


La Dra. Kaslow también recomienda:


  • Dígale que le ama una y otra vez cada vez que su hija esté sintiéndose mal

  • Valide sus sentimientos diciendo cosas que demuestren empatía como: “Suena como que fue bastante difícil”. “Sé lo doloroso que eso puede ser”

  • Convenza a su hija de la necesidad de obtener ayuda profesional y explíquele que buscar ayuda no es un signo de debilidad


Cuando su hija no se comunica con usted, recuerde que no es acerca de usted. Tiene que elegir sus batallas y darle espacio para crecer. Pero también debe anteponer la salud y el bienestar de su hija. Eso significa  estar conectado incluso cuando ella no lo haga fácil ni divertido.

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