Cuando a los niños les va mal en exámenes, proyectos o actividades, pueden que lo vean como un fracaso. Y si esto ocurre con frecuencia, pueden verse a sí mismos como un fracaso.
Esto es particularmente cierto en los niños con diferencias del aprendizaje o TDAH, quienes experimentan contratiempos a menudo.
Sin embargo, hay maneras de que los niños tengan una sensación de logro, incluso cuando fallan o algo no les sale bien. Todo depende de cómo perciban y respondan a los resultados negativos, tanto en el momento como en el futuro.
Los niños suelen sentir vergüenza cuando fracasan en algo, en lugar de pensar en lo que salió bien y lo que salió mal. El fracaso es en realidad una oportunidad de crecimiento y superación. Si lo ven de esa manera y adoptan una actitud positiva, podrán ver el lado positivo de su “fracaso”.
Estas son algunas de las victorias que pueden resultar de un fracaso:
Intentar estrategias nuevas.
Aprender sobre ellos mismos.
Asumir riesgos.
Ver fortalezas y desafíos.
Abogar por sí mismos.
Desarrollar una mentalidad de crecimiento.
Los niños suelen necesitar ayuda para ver estos aspectos positivos y reconocer su importancia.
Cuando los adultos en sus vidas destacan y celebran lo positivo, pueden ayudar a cambiar la manera en que los niños se sienten sobre sí mismos y su potencial.
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